sábado, 31 de enero de 2009

Irlanda, y como un lobo sueña con morir







Durante los últimos días he sopesado de manera mas que rotunda la idea de en breve marcharme al extranjero. No es esta una idea que venga de ahora, sino ya fue en su día un anhelo de mi juventud , emigrar de aquella a Londres, y hoy sueño con hacerlo a Dublín. La gente emigra normalmente por diferentes tipos de motivos, la gran mayoría por el económico por la falta de oportunidades en la tierra madre, otros lo hacen por aventura por conocer nuevas culturas e imbuirse en ellas, y por ultimo están los que emigran para escapar de algo ya sea material o inmaterial.

Mi caso de llegarse a producir caminaría entre estés dos últimos, yo no emigrare para ganarme la vida de una forma más digna, pues eso lo puedo hacer en mi tierra, sino que de emigrar lo haré para conocer otra cultura y de paso poderme esconder en el anonimato de tantos fracasos pasados, malo será pienso, que me persigan atravesando el mar hasta tan bella isla tan malos recuerdos.

Supongo que muchos pensareis que huir es de cobardes y la verdad es que no os falta motivo para suponerlo, por eso que tachare esta mi futura huida migratoria como ausencia temporal trasparente, ya que nadie dude que pretendo volver en dos o tres años si la suerte me acompaña y aguanto. Temo mas la debilidad del amor a mi tierra que el desprecio en la ajena.

Quiero morir aquí en la Verde Galiza, quiero antes de que llegue mi ultimo suspiro respirar su puro aire y mirar el mar embravecido chocando contra las rocas, quiero volver a perderme en sus frondosos bosques, hablar con aquellos que viven en las mas altas montañas, y sentarme en cualquier humilde lareira a calentar por ultima vez mis seguro por aquella encalladas manos. Amo Galiza mas que a mi vida, de ella me gusta todo es la madre perfecta, es mas siempre he dicho que el día que mi vida se apague, quiero ser quemado, y que mis cenizas sean ofrecidas al viento desde lo alto del monte caxado, quiero descansar allí en medio del verde campo y hacerme uno con la tierra. No quiero Plañideras el día de mi muerte, quiero gaiteros y aturuxos baile y celebración, no quiero lagrimas de dolor sino de alegría, quiero celebrar mi muerte como un comunista.

Mi mortaja será mi bandera y con ella mis cenizas a sus cenizas harán unas en común, mi bandera y cuando me refiero a ella me refiero a la roja bandera, esa orgullosa y preciosa, esa que calienta la mano de los que están debajo.

Ahora que pienso en la muerte como algo tan bello y cercano, creo poder decir que la ansió sin miedo a equivocarme, quien sabe cuanto tendrán que tecer todavía las viejas parcas antes de visitarme pero eso si cuando lo hagan no verán miedo en mi mirada, alguna lagrima eso si, pero miedo no. Llorare por los que se quedan, por los que un día ame y nunca mas volveré a ver, por ellos, ahora por mi ni una lagrima reitero que mi muerte sea una fiesta por favor lo suplico.

Quizás me entristezca morir sin dejar reseña ninguna de mi propia figura a modo duradero, quiero decir descendencia vital o material, dejare como mucho y a modo anecdótico algún debate entre camaradas, y algún articulo sectario en periodicuchos mensuales que nadie lee, he sido creo un tío raro. De esos que no se visten por los pies, que viven la vida casi al día, que apuestan siempre ha caballo perdedor a sabiendas de hacerlo, que lloran cuando el resto ríe, y que no ha tenido, eso si, nunca el menor miedo de expresar su pensamiento, por doloroso hiriente o contra-producente que este pudiera ser. Ahora que lo pienso cuanto he sacrificado por mis ideas, creo que casi toda mi vida laboral, así como la personal siempre han estado marcadas por la roja estrella, puedo decir no se si con orgullo o tristeza haber desecho varias veces mi vida por simple ortodoxia y cabezonería, rechazar grandes puestos o dejarlos solo por ideales, solo como le decía a mi ex pareja es una cuestión de tres factores “moral, ética y cojones”.

Eses tres factores mas de una vez nos llevaron a casi no tener ni para comer pero bueno la conciencia tranquila y los cojones bien grandes no pagan comidas pero si consuelan siestas al medio-día.

Bueno por no variar el post, ha cada párrafo ha ido perdiendo mas su sentido hasta convertirse en este monstruo invertebrado lleno de vejigas purulentas y párrafos sin sentido, esa es otra de mis características mi pequeña y personal acracia mental.

Sin duda me gusta pensar en la muerte, y hablar de ella , de momento no llegare a deseármela pero si que reitero que después de este pensamiento si esta misma noche negra sombra me visitara se encontrara un hombre sin miedo una sonrisa, y dieciséis lagrimas una por cada ser querido.

Un saludo y siempre vuestro.

PD: Si las parcas me leen, quédense bien con mi dirección y a vosotros si alguna vez pasáis por la verde galiza y subís el monte caxado acordaros de que quizás entre el viento aspiréis la ultima de mis cenizas.

5 comentarios:

Angel dijo...

Es curioso eso que dices que quieres a Galiza "más qe a tu vida". Por lo menos me suena muy raro, a mi que he vivido en muchos sitios y que no tengo ese gran amor a ninguno en particular. Desconozco esa sensación

Un saludo

Jaime Riba dijo...

Como estas? bufff! hacia ya tiempo eh??? xD espero que estemos en contacto solo pasaba un ratooo! :) chaooooo! ^^

Pandora dijo...

Yo solo pasaba por aquí para decirte que me parece más de cobardes quedarse que huir. Al menos en mi caso. El respaldo de lo "conocido" es algo de lo que cuesta desprenderse.

Un saludo!

Anónimo dijo...

Te recomiendo Dublin, es una gran ciudad, sin tener un tamaño excesivamente grande. Además, los irlandeses son mucho más sociables que los ingleses.

octubre-rojo dijo...

AGradezco la recomendacion snake, y sin duda que los irlandeses son mas sociales que los ingleses aunque para ser mas sociales que los britis tampoco es muy dificil jajaja