domingo, 5 de julio de 2009

Ataque de Estraña Melancolia


Donde esta mi roja bandera, en estas noches donde mi sempiterno compañero insomnio vence al señor del sueño de mis adentros. Es raro la melancolía que produce una cama grande con un cuerpo pequeño dentro, sigo odiando las noches en las que cuando me giro no encuentro un cuerpo donde acurrucarme, supongo que la soledad no se ha hecho para los míos. Quizás esta necesidad casi enfermiza por la compañía sea esta mala, buena o simplemente pasable, es lo que me ha convertido en el Ave Raris que soy, en ese larguirucho colérico mujeriego e idealista que marca mi semblante en los espejos por desgracia no opacos “ do meu lar”. Somos una conjunción de factores que marcan nuestra existencia, un cúmulo de despropósitos como su nombre indica sin propósito aparente pero que guían nuestra vida desde la infancia ala muerte.
En este transito vital muchos se acogen al papel de abeja siguiendo las ordenes de una colmena caótica, otros interpretan al soldado al centurión que carga contra los suyos propios para que obedezcan a esa colmena superior, dentro de esa jerarquía por ultimo estarían los reyes o reinas poco importa el genero en este caso, estés últimos son en teoría elegidos de algún dios superior de eses que no existen, para dictaminar los designios de las colmenas, y ya fuera de este rebaño unineuronal, “monopensante” y por supuesto cómodo, están los que no quieren valga la reabundancia “estar”, esa extraña minoría son destructores de colmenas soñadores de mundos nuevos, pensadores de lo prohibido son algo tan sencillo como “rojos”, que termino tan bello, tan romántico y simbólico. Cuando la gente de mi barrio me conoce como el “rojo”, o el comunista me siento orgulloso de ello, es mas gusto de nunca ocultar mis ideas por muy hirientes que puedan resultar a un “monopensante”, como diría un viejo amigo, el buen camino lo dictan nuestros enemigos, cuanto más cargan contra nosotros mas sabemos que ese es nuestro camino.

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